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B. Vizcaíno

O Porrón

Primer deseo: un día libre, lunes a poder ser, con sol, y un plan para esquiar en muy buena compañía.

 

Dieciséis de febrero, 6:41 de la mañana. La tarde anterior recién llegada de Benasque, y la mochila a medio hacer. Las focas colgando todavía de los esquís, los botines fuera de las botas, cogiendo agua, el café que ya sale. Cierro la puerta de casa y sonrío. Reunión de Merivas en Canfranc. Pedro, Jorge, Gonzalo, Isabel y yo nos juntamos a desayunar, y sin prisas nos vamos al lugar de salida, que Jorge ya tenía localizado.

Miguel Ángel nos cogería por el camino ya que salía más tarde, pero el chico, que es rápido y veloz, nos alcanzó a escasos diez metros de haber salido de los coches. Empezamos ya todos juntos la ascensión y de repente Pedro mira curioso hacia abajo: "oye, ¿esa furgoneta no tiene las luces encendidas?" Era la furgo de M. Ángel, y efectivamente, las luces estaban encendidas. En lo que yo me quité el forro polar, él bajaba, apagaba luces y volvía a subir...Flash?

Nos adentramos en el bosque, que nunca defrauda, nunca deja lugar a facilidades, distracciones o perezas; el bosque siempre quiere que le prestes la atención que merece, y hoy nos acompañaban los pinos, el boj, los desnudos alisos y serbales, y el arroyo de música ambiental, para tenernos absortos en nuestra labor de atravesarlo. Una vez lo dejamos atrás, el valle de Izas se abre un poco, dando paso a un juego de luces y sombras, paisajes de nieve, hielo y roca, recuerdos y proyectos, geometrías familiares...Ya vemos el objetivo de hoy: O Porron. La Punta Escarra nos vigila de cerca por si maltratamos a su discreto vecinito, pero accedemos a la pala final suavemente, sobre su dura capa de nieve.

Llego al collado de Escarra detrás de Isabel, y vemos a Miguel Ángel subiendo ya al pico con crampones. Dejamos las mochilas en el collado y guardamos focas. Hacemos cumbre contentos, bastante tarde por cierto, pero es que yendo con lentas como yo, no se puede hacer otra cosa...ya lo siento!

El primer tramo de bajada consiste en una pala de nieve durísima (¿criterio subjetivo?) que  me produce una inseguridad y respeto enormes, pero que gracias a Jorge y sus indicaciones, y a los ánimos de Pedro, salvo sin incidentes. Gonzalo viene detrás, incomodísimo dice, no puede ni girar...me extraña porque le he visto esquiar otras veces. Mientras le esperamos preguntándonos qué debe ocurrirle, Isabel y yo empezamos a imaginar: pues estará cansadísimo de ayer, por la carrera, pues es que igual esas botas con esos esquís no van bien, pues...pero Jorge da en el clavo "¿Te has quitado las focas?" Pero nos enseña la suela de un esquí y no tiene nada. Isabel saca la cera de la mochila y empieza a darle mientras Gonzalo se quita el otro esquí y...voilà la foca! Qué fuerte! Levaba puesta la foca, y había bajado con ella una pala que yo en perfectas condiciones he tenido mis dudas...

Descendemos el valle por medias laderas y nos permitimos un par de bajaditas buenas, yo más que nada para ver si me acordaba de esquiar o qué. De repente, un regalo inesperado: silencio, silencio de montaña, con el susurro del arroyo, pero silencio, silencio seco de invierno...Y de nuevo en el bosque, tan entretenido o más que a la subida, divertido como siempre, pero hoy me parecía un circo: los trapecistas saltando, espectadores opinando sobre mi maravilloso estilo cuñil sobre nieve pesadilla, el hombre bala lanzándose, el mago que hace desaparecer a una persona y reaparece entre los árboles, equilibristas con rodillas de titanio, ahora con un pie, ahora con el otro pie...pero como toda función, se acaba, como siempre, a mi pesar.

 

Y va y el deseo se cumple. ¿Quedarán dos?

3 comentarios

javigodar -

Hola!

Viendo como va la pagina que tenemos (y que no terminamos de completar) he visto que hay gente que pincha desde este blog, asi que me lo he leido, y como bien sabes, pero te lo digo, escribes muy bien.

Estamos en bangkok, volvemos a casa manhana. Hemos pedaleado 5 semanas, pero no hay mucho que contar, solo unas bonitas vacaciones.

Sigue contando como es vivir tan cerca de los Pirineos, algunos nos morimos de envidia sana.

Un abrazo y hasta pronto.

Javi

Yeti -

¡La montaña es una puta que no le hace ascos a nadie!. Hay quien se acuesta un día con ella y no vuelve a verla,...hay quien no se acuerda de telefonearla más a menudo... y hay quien enloquece con ella y repite, repite y nunca acaba de saciarse porque siempre te sorprende con cosas que jamás soñaste.

Jorge García-Dihinx -

En esa foto de perfil sobran las gafas.
¿No nos vas a deleitar con esos ojos que tienes?
Sigue pidiendo deseos.
Imchalá
JOrge