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B. Vizcaíno

CRESTERÍO DEL BACHIMALA

Qué me dejo? Qué me dejo? La tienda, la esterilla, el frontal, chubasquero…no sé, no sé…ayssss, algo me dejo! Y es que parezco una niña pequeña, que me voy de acampada con los amiguitos…y así es, esa misma ilusión, esas mismas ganas de dormir por ahí, al aire libre, junto a un ibón, calentita en el saco mientras fuera refresca, ajena a todo sarrio que se acerca a beber…

Ya es la hora de irse: hala, al Pirineo! Somos 5: Nacho “El Romano”, Adrián “El guiri”, Álex “El sarrio”, Jorge “El guía” y yo. Todos estamos entusiasmados con el plan, y para cargar pilas qué mejor que hacer una parada técnica en Aínsa. Seguimos hasta Tabernés, y allí se queda el coche.

Tenemos 700 m de desnivel hasta nuestro Hotel: el Ibón inferior de Bachimala. Vamos un poco despistados, y como siempre la culpa del guía (je, je). Yo había estado ya por allí, pero pensaba que íbamos por otro camino, y encima lo comento alegremente con Adrián: “Pues la otra vez que vine cogimos por aquellos mojones, y luego nos cruzamos…” Esta vez elegimos un camino alternativo, que para algunos terminó en una pequeña embarcada; bueno, aventura, no?

Nos lavamos un poco en el ibón – algunos nadan y todo…- …montamos las mini tiendas mientras se apagan las luces de la tarde, para dejar a la noche interpretar ese bucolicismo que tanto capta nuestra atención, que tantas veces vuelve a la mente cuando, de vuelta a la ciudad, nos vemos intimidados por la polución y el hormigón…

La sobremesa de la cena es más bien escueta, que ya hace un fresco…pero las tiendas son siempre acogedoras, y dentro del saco se está tan bien! La conversación se pasea en susurros, en los escasos centímetros cúbicos de la tienda, donde las voces apenas vibran, hasta que dormimos tranquilamente. Fuera Nacho observa las estrellas…

Música de cuna, que me saca de mi sueño infantil. La cresta nos espera! Bieeeeeeen!!!!! Creo que soy la única emocionada, porque el resto duerme plácidamente. Como estoy un poco impaciente, me acerco a los vecinos, los de la tienda roja, a ver qué se cuentan. Ellos van a hacer la cresta al revés de cómo habíamos pensado, empezando por el Pico de la Pez. Anoche esa idea nos pareció muy buena, y hoy ya estamos convencidos de seguir sus pasos.

Vemos a los dos amigos alejarse entre las piedras, mientras desayunamos (por fin!) y nos preparamos.

Empieza la fiesta! Tenemos tantas ganas de roca que El Sarrio, El Romano y yo nos encaramamos a la roca a la primera ocasión…qué chulo! Por ahí, por ahí! Eh cuidado con esa piedra que se mueve! Salimos a la cresta y ya nos juntamos con el resto. Avanzamos cual procesionaria, bien pegaditos hasta el primero de los ocho tresmiles por los que vamos a pasar. Aquí estamos, felices, tranquilos, disfrutando de cada paso, de cada luz, de cada gesto, mirando aquí y allá. Ahora callados y concentrados, ahora con bromas. Y lo bien que se lo pasaría Donato por aquí…

Muy a nuestro pesar la cresta se pasa enseguida…ya estamos a los pies del Bachimala! Vemos a los dos que iban delante seguir las indicaciones de Angulo, pero no lo ven claro: Por ahí noooooo, hacia la izquierda se ve mejor!!!!  (les echamos una manica, que al fin y al cabo son nuestros vecinos!) Al final ese tramito que nos daba un poco de respeto, no era nada, nada de nada…y nos plantamos en la octava cima en un momentín. Bueeeeeno, pues qué bien nos lo hemos pasado, eh! Aquí casi podemos oír los cánticos de Donato “El Maestro” llegando, con nosotros, con la alegría de la montaña. Puedo visualizar su cara y sus aspavientos, felicidad consciente, felicidad de niño.

Reparto de besos y abrazos (para que no digáis), comenzamos el descenso tras la contemplación del paisaje, el traguito de agua y el bocata. Aquí Álex se gana el apodo de “sarrio” que no baja corriendo, va brincando el tío!

Vamos perdiendo altura, un Juniperus nana salva la cámara de Jorge, que se empeñó en volar…

Risas y sonrisas, monte y amigos, el país de los sueños petrificados, de los niños de cualquier edad. Bienvenidos todos!

 

 

 

 

1 comentario

Jorge García-Dihinx -

Gracias siempre por tus palabras Blanquita... y por tu guía continua, en la cresta del bachimala o en una pared de morata.
Creo que la mejor guía que tuvimos este finde fuiste tú.
Bona nit...
Muax!