BALAITOUS
Leo en una Desnivel ya antigua: "Para llegar a cima del Balaitous siempre hay que terminar escalando. Lo quieras o no. Todas sus vías normales exigen una trepada. Quizá por ello, viendo como el monte se protege, el mismísimo conde Henry Russell, le puso este apodo: El Cervino de los Pirineos"
Salimos el sábado, de Zaragoza: Cris, Elena, Sara, Arantxa, Sonia, Rut, Sandra y yo. Segunda salida pirenaica de féminas. Comimos en la Sarra y salimos camino de Respomuso. Preciosa senda, ya conocida, vivida con distintas luces, con distintos colores: mañana de GR-11, colores de otoño, colores de noche y frontal agonizante, de carreras, de náuseas y calor, de debilidad. Muchos recuerdos sobre este sendero, que reaparecieron en cuanto volví a caminar por él.
Llegamos al refugio animadas, y al poco rato llega Jorge, que viene de subir al Billare. Ha subido volando, pero imagino que con ocho mozas alrededor en la cena, no se debe sentir mal del todo...
Mañana del domingo: desayunamos todos juntos y salimos a las 7 y media hacia el Balaitous (Sara, Sonia y Arantxa nos encontrarán en los Ibones de Arriel). Mi tercer intento, pero ahora llevo el material necesario, hace buen día, estoy bien de salud, y pienso tirar para arriba con mis compañeras (y compañero), con todas las ganas y una ilusión tremenda. Las miro, le miro, me siento tan afortunada de poder compartir todo esto con ellos, que no sé ni que decir, me limito a sonreír, a disfrutar. Poco a poco avanzamos por la Brecha Latour, pasándolo pipa, y de repente, la cima está ya cerca, tan cerca...ahí estamos! Síiiiiiiiiiiii! Que bieeeen! Todas (y él) llegamos a la cima eufóricos, contentos, satisfechos. Ole, ole!
Bajamos por la Gran Diagonal, fácil pero entretenida, trabajada, y poco a poco algunas van dejando sus fuerzas por el camino. Se van cansando, agotando, empiezan los dolores, primero musculares, luego articulares, qué gran esfuerzo, qué voluntad...pero cada vez queda menos, cada vez estamos más cerca del objetivo que, no nos engañemos, no es la cima, sino la llegada al coche!
Por eso, tras dos intentos fallidos a este pico, disfruté el triple, todo el rato, desde el momento en que abrí la puerta de mi casa el viernes hasta el momento de quitarme las botas y ponerme chanclas el domingo. Todos y cada uno de los minutos transcurridos fueron especiales.
Me siento muy, muy orgullosa de vosotros. De ti Cris, por tu gracilidad sigilosa, felina, tranquilidad casi zen; de ti Elena, porque a pesar de las tensiones de la Brecha, del cansancio de la subida y agotamiento de la bajada, tienes tesón y paciencia, y consigues disfrutar a pesar de todo; de ti Rut porque estás hecha una brutica, porque sin haber escalado nunca te subes la Brecha Latour con una sonrisa de oreja a oreja, y la mantienes hasta el coche, porque no hace falta esforzarse mucho para imaginar la felicidad de mi hermano con alguien como tu a su lado; de ti Sandra porque hay que estar hecha de una pasta especial para comerse el Balaitous como primer tresmil, trepar como si tal cosa por los riscos pirenaicos y pasárselo bien en la parte más delicada. Y de ti, Jorge, me siento tan orgullosa por tantas cosas, que no cabrían aquí, y eclipsarían cualquier crónica...
Y chicas, Arantxa, Sara y Sonia: me encanta veros tan felices en los refugios, en estas salidas en que nos juntamos, en las caminatas por estos valles encantados, ibones cristalinos. Me encanta que disfrutéis tanto como yo de estos montes.
Gracias a todos por estar, y gracias a los que no habéis estado. En la próxima estaremos todos, que se os echa de menos demasiado, y no compensa.
Hasta la próxima!
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Sandra -