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B. Vizcaíno

Tarde de anécdotas

Pensaba que estas cosas ya no pasaban.

Esta tarde ha sido de lo más entretenida. Salí de trabajar y me fui pitando hacia el tablero, a escalar un poquito y quitarme el mono. De camino paré en la gasolinera de la Avenida de Valencia para hinchar las ruedas de mi Mendiz, que lo pedían a gritos. Como es un clásico, las válvulas modernas no le valen (en caso de madrileño, léase "no la valen"), y necesito un adaptador. Se lo pedí al "gasolinero", quien habitualmente, dando por supuesta mi incapacidad para tales menesteres, es él mismo quien acaba haciendo la faena. Esta vez me dio un voto de confianza, depositó el pequeño adaptador en mi mano y me dijo " ¿podrás hacerlo tu misma?" Y le dije "Eso espero..." Supervisó silencioso mi hazaña y finalmente palpó las ruedas: "ah, pues las has hinchado bien" y con una sonrisa le dije "claaaro" Le di las gracias y él me respondió con el mismo giro, añadiendo un "guapa".

Tras entrenar, me fui al traumatólogo, y en recepción, al hacerme la ficha, me preguntan "¿profesión?", y yo "ingeniero de montes" y me dice la señora: "será ingeniera" Levanté la ceja y sin ánimo de comenzar una conversación ya muy recurrente le dije "bueno, estudié ingeniería de montes" (solucionado).

Salí del traumatólogo y se me cayó el tornillo del sillín de la bici, luego el sillín salió volando...pura discreción, vaya...; por lo que busqué una tienda, compré un juego de llaves y lo coloqué. Enfaenada estaba yo cuando me oigo una voz: "mira qué apañada, ésa..." y me pregunté si ese comentario habría tenido lugar si yo hubiera sido del sexo opuesto.

Y como colofón, voy a la charla sobre reparación de esquís, empieza la explicación y entra una mujer, que se añade al grupo, y un chavalín que había a mi lado, creyéndose simpático y ocurrente, imagino, me mira y me dice: "mira, una chica más, ya no estás sola" se me antojó un comentario tipo "ah, pensaba que éramos unos diez" pero me dio pereza...y luego me tachan de borde y bruta.

Llegaba a casa hace un rato, dándole vueltas a lo ocurrido durante la tarde, cuando me encuentro con un vecino en el ascensor: "suba usted primero que los dos no vamos a caber (por la bici, no por el volumen de cualquiera de los dos)" y me dice "¿y tú solica vas a poder?" y yo "espero que sí, lo pruebo dos veces al día y hasta ahora he tenido un 100% de éxito, a ver hoy qué tal..." Creo que no me entendió, o no le hizo ninguna gracia...

He cenado una tortilla, que parece que los huevos tienen muchas propiedades: te permiten hinchar las ruedas de la bici sin ayuda, nadie te pregunta si eres alpinista o alpinisto, no se sorprenden cuando arregles algo, y el resto de hombres se convertirán en seres de tu misma especie y planeta, y como postre, nadie se planteará tu capacidad de manipulación de objetos...

2 comentarios

amelia -

Después de lo del Rufo...creo que esta historia es la mejor...hoy que he tenido un día de empane total y mala leche(como bien sabes)me lo he puesto a modo de risoterapia...

MOR -

Me ha gustado mucho