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B. Vizcaíno

COLLARADA...ENTRENANDO

Debemos entrenar para el Mont Blanc (que nos llena de inquietud, ilusión y mucho respeto (gran palabra), y qué mejor forma que subir al "Collarada por la norte, con posibilidades de aventura" (D. Molina). Después de una semana de lo más movidita, con dos exámenes y el reencuentro con la jornada extensiva (se terminaron las tardes moratiles...), recibía correos para el fin de semana y apenas tenía tiempo de leerlos...sólo retuve lo importante: Collarada - aventura - sábado - 6:30.

Recojo en Zaragoza, con unos tibios 14 ºC, a Donato y José Antonio, y vamos en busca de Álex a Jaca. Dejamos el Meriva en Canfranc, y salimos ligeros (por las ganas, pero también por el frío: 6ºC!!!!!!!) El tema central los Alpes, unos Alpes llenos de sentimientos revueltos, formando un tejido que nos arropa, que se engancha con todo. Tenemos miedo, el justo; tenemos ilusión, ganas de juntarnos, de pasar unos días alpinos, de reírnos y esforzarnos; tenemos pena por los que no pueden venirse (no nos vamos a resignar sin más, eso se aprende en la montaña...). Y tanto divagar, tanto opinar sobre los demás, salimos del bosque ya más acalorados, sin darnos cuenta de que hemos salvado un desnivel de 800 metros...

A ver, a ver...por dónde nos cruzamos...llegamos al canchal que nos lleva por el norte de Collarada, hasta nuestra cresta: ninguno hemos estado, qué emoción. Yo no sé que me pasa que si está Donato no me entran nervios, siento una confianza plena en su maña y su experiencia, es como un hombre-placenta (como si nada malo pudiera ocurrir si está él)

Chicos, aquí nos ponemos los arneses, nos encordamos, y nos metemos en la cresta. José Antonio, quizás el menos acostumbrado a estos cacharros, está algo más nervioso, como es lógico, pero le echa ganas y durante toda la cresta va a paso firme y sin ninguna duda. Con Donato por delante, cuidadoso, asegurando, observando, cuidando a cada paso de nosotros...Poco a poco avanzamos, xino xano, y pasamos por sitios divertidos: ahora un paso de II, ahora otro de III, ahora un tramo aéreo, una piedra que casi mata a Álex (pobre!, eso de ir de final de cordada Álex...no es plan!) y como si nada, llegamos al final de la cresta: ohhhhhhh! Álex se asoma y encuentra la senda que enlaza con la ruta normal. Vemos a los sarrios de cerca. Seguro que estos animales tienen sentido del paisaje, sino ¿por qué se asoman a las rocas y observan, rato y rato inmóviles, las maravillas del paisaje pirenaico? Es más, seguro que tenemos parentesco con ellos, y si no, veamos el ejemplo de Donato: híbrido hombre-sarrio...

Nos pegamos casi una hora en la cima: comida y sobremesa, que sólo faltó sacar el café y las cartas...pero la montaña es para disfrutarla...no? La profundidad de la respiración allá arriba, nos renueva el alma.

La bajada, por la ruta normal, la hacemos ligeros, por una pedrera pina y larga, luego bordeamos el Ibón de Ip, para cruzar de nuevo al bosque. Y como tantas otras veces el bosque se convierte en el patio del colegio. Empezamos a trotar tímidamente, para luego coger velocidad y correr alegremente, entre carcajadas y comentarios sobre las curvas, las piñas traicioneras, y los metros por minuto que perdemos: chicos 17, ahora 22, ahora 27!!!! Vamos, vamos!!!! Y tanto correr nos plantamos en el coche en un periquete. Más de 1800 m de desnivel.

Estamos satisfechos por nuestro esfuerzo: buen entrenamiento! Miro nuestras (sus) caras, y no veo el cansancio, se eclipsa bajo la felicidad, la ilusión por estos retos accesibles, exigentes y gratificantes.

 Pena por los que no han estado, pena por los que no estarán...ilusión por la próxima!

 

1 comentario

Jorge García-Dihinx -

Pena ayer cuando os llamé desde la guardia y echaba de menos estar con vosotros. Alegría al leer hoy esta crónica. Alegría al veros esta tarde. Alegría por los futuros planes con los mismos personajes. Alegría enorme por verte hoy y... poder verte muchísimos días más.
Eres la mejor, Blanca.
Jorge